Es indiscutible que los espacios de planta abierta, sin tabiques, están de moda. A día de hoy son la demanda principal de la mayoría de los proyectos de reforma. Gracias a la flexibilidad, polivalencia, eficacia y versatilidad de los tabiques móviles, se pueden crear estancias cerradas a placer, según necesidades, dentro de espacios diáfanos.  

Da lo mismo que la conversación se plantee entre profesionales de la arquitectura y el interiorismo o entre ciudadanos de a pie, sean o no propietarios de viviendas. Igualmente resultaría polémica la charla si los interlocutores fuesen españoles, franceses o australianos.

El debate siempre está servido si el tema se centra en la distribución de los espacios de la casa, entre espacios abiertosdiáfanos, lo que se denomina open concept y cuya máxima expresión fueron los loftsy cerrados –lo que vendría a ser una vivienda tradicional de, por ejemplo, 3 dormitorios (con salón y cocina independiente, dos dormitorios que comparten un baño y un dormitorio principal con baño incorporado).

 

Ventajas e inconvenientes de los espacios abiertos y cerrados

Y es que la elección entre una opción de espacio u otra es importante. Entre las ventajas de la planta abierta podríamos destacar la amplitud y la luminosidad que se logra en pisos pequeños y medianos al unir cocina, comedor y salón e, incluso, al eliminar pasillos o dormitorios de más; o la conexión entre interior o exterior que se alcanza cuando la vivienda dispone de jardín, algo muy común en las casas unifamiliares.

Los inconvenientes que la mayoría de los usuarios de espacios diáfanos suelen destacar son el menor espacio para almacenamiento, al disponer de menos paredes donde ubicar armarios; la falta de privacidad, dado que el fundamento de la planta abierta es crear espacios compartidos; y el desorden y los olores procedentes de la acción de cocinar, un “pero” que en España prevalece.

 

Multifuncionalidad, la solución

La realidad, al final, es que la vivienda con espacios cerrados va perdiendo puntos poco a poco entre las preferencias de las nuevas generaciones, fruto de los constantes cambios culturales y sociales.

La familia tradicional constituida por matrimonio con 2 o 3 hijos que inspiró el diseño y construcción de pisos y casas de 3 o 4 dormitorios disminuye mientras aumentan: las parejas con un solo hijo o ninguno, las familias monoparentales, las personas que viven solas…

Por otro lado, cada vez existe más interrelación entre la vivienda y el trabajo. Crece el número de personas que trabajan desde casa, pero muchas de ellas no encuentran buen acomodo para el desarrollo de su actividad laboral en habitaciones uniformes, prefiriendo espacios más abiertos y dinámicos.

La casa va adaptándose paulatinamente a estos nuevos modos de vida cambiantes, intentando ser más versátil, adaptable, flexible, capaz de transformarse con facilidad y cuántas veces sea necesario. En esto consiste precisamente la multifuncionalidad, una solución que logra hacer desaparecer la brecha entre los espacios abiertos y cerrados, permitiendo usar estancias diáfanas de diferentes maneras.

 

Tabiques móviles, la herramienta que multiplica las opciones de espacio de forma sencilla

Así las cosas, arquitectos e interioristas están convirtiendo la flexibilidad y la versatilidad en el paradigma de sus proyectos, diseñando espacios que incorporan soluciones móviles, capaces de cambiar la disposición y la naturaleza de una estancia diáfana, aumentando o reduciendo su espacio útil según la necesidad.

Y eso que, lejos de lo que pudiera parecer dada la actual demanda, los tabiques móviles no son una solución moderna. A no ser que por modernismo nos refiramos a la corriente arquitectónica iniciada en los años 20 del siglo pasado por Le Corbusier, Mies van der Rohe o Gerrit Rietveld, entre otros, gracias a la incorporación del acero y el hormigón y el desarrollo de la planta libre, que permitió empezar a construir mediante pilares en lugar de con muros de carga. Las paredes y tabiques dejaron de tener entonces una función estructural, pudiéndose disponer libremente e, incluso, eliminarse directamente.

Gracias a la planta libre, el movimiento moderno desarrolló los planteamientos de la “casa abierta” –abierta a ser vivida como sus habitantes deseen y necesiten–, espacios prácticamente diáfanos fácilmente modelables mediante tabiques móviles capaces de  dividir o “cerrar” estancias abiertas, convirtiéndose en un recurso habitual en el sector público y corporativo, pero también en la construcción residencial, fundamentalmente en famosos proyectos de vivienda pública y en el residencial por encargo.

La innovación técnica en la fabricación de estos elementos divisorios, incorporando materiales de altísima calidad, las mejoras continuas a nivel de aislamiento y de insonorización, su instalación y mantenimiento cada vez más sencillo, han convertido a los tabiques móviles en el sistema constructivo cada vez más utilizado por estudios de arquitectura, interiorismo y reforma, cada día más demandado incluso por particulares.

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